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El cine del futuro: tecnología, experiencia y exclusividad

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Desde la entrada del cine al espacio doméstico con la aparición del VHS en los años 80, hasta la era actual del streaming gratuito y accesible desde cualquier dispositivo, la industria cinematográfica presenció una de las mayores fenómenos de democratización del acceso al arte. Donde algunos ven una muerte anunciada de las salas de cine, aplastadas por programas como Netflix o uTorrent, otros anuncian una redefinición positiva de la salida al cine. ¿Hacia dónde van las salas de cine? ¿Cuál es su futuro? Christopher Nolan, director de "Inception" y "Dark Knight", publicó un ensayo en The Wall Street Journal donde argumenta que las salas de cine del futuro deberán reinventarse para sobrevivir.



La digitalización del cine y sus ventajas financieras



Hace 20 años, el dueño de una sala de cine tenía que tomar grandes riesgos financieros al elegir su programación semanal. Haciendo una predicción del público que iba a tener cada película, pagaba por el envío de las bobinas seleccionadas. En ese momento, las películas y los rollos de film que las contenían eran una misma cosa. Cuando las entradas de una película estaban agotadas, significaba una pérdida económica para la sala de cine.

Hoy presenciamos una separación entre el contenido y el medio físico en el cual es transmitido. En ese sentido, el camino hacia la proyección digital tiene una gran justificación económica: su implementación elimina los costos de stock y transporte de las bobinas alrededor del mundo. Si una película es un éxito de taquilla, no hay más que duplicar el contenido y proyectarlo en la sala de al lado para recibir a más espectadores. Del mismo modo, una película con malos resultados deja de ser un drama, ya que se elimina la obligación de recuperar gastos: solo habrá que sacarla de pantalla  reemplazarla por una película más popular.  Para que la difusión sea objetiva, el proceso podría hasta ser automatizado en base a la venta de entradas, convirtiendo a la sala de cine en una pantalla on-demand gigante.



Reinventarse para distinguirse del streaming en casa 


Hollywood y las salas de teatro deberán ser creativos y reinventarse para estar a la altura de la demanda del público respecto a vivir mejores experiencias compartidas. Los espectadores valoran la experiencia teatral del cine y están dispuestos a pagar un precio mucho mayor al actual por una oferta que se distinga claramente de la experiencia de ver una película en casa. Se trata de la creación del un sentimiento de escasez y exclusividad bajo la forma de experiencias. 

Así, los estudios, salas y productores de cine deberán crear películas y experiencias que sean claramente superiores al ser proyectadas en una sala de cine. "Gravity" es una gran película, pero hay algo triste en la idea de verla solo en casa, en una pantalla plana, en vez de en un cine IMAX 3D. Todo parecería indicar que el público seguirá transladándose al cine para ver blockbusters, pero mirará el resto en casa. Nolan dice "La pantalla teatral es al cine lo que los conciertos en vivo son a la industria de la música.". Las salas del cine alrededor del mundo comprendieron el juego y ya están reinventándose, gracias a nuevas pantallas IMAX, versiones 4DX, sillones reclinables, lasers y máquinas de humo.


Precios elevados para una experiencia efímera y exclusiva

Todo parece indicar que asistiremos en estos años a una maximización de la experiencia cinematográfica, con entradas a precios muy superiores a los actuales. La salida al cine recupera así su dimensión de evento social y teatral, con experiencias destinadas a los más adinerados. El 12 de junio de 2013, en una universidad de California y frente a una asamblea de estudiantes, Steven Spielberg y George Lucas imaginaban el futuro de las salas de cine: "Serán cada vez menos numerosas, pero más grandes y mejor equipadas: ir al cine costará 50 dólares, o 100, o quizás 150 dólares! Lo mismo que hoy en día cuesta un espectáculo de Broadway, o ir a ver un partido de fútbol. Las películas puede que estén en cartel un año, igual que las producciones de Broadway. A eso lo llamarán el «negocio del cine»"

La estrategia de diferenciación del público en función de su poder adquisitivo es bastante común en otros sectores de consumo, como puede ser el transporte aéreo. Olivier Donnat, sociólogo cultural francés, argumenta que "el público quiere sentir que tiene acceso a un contenido que no existirá para siempre, o que dejará de existir, que el momento es único y efímero. Sobre todo en una sociedad donde la tendencia general va hacia la cultura como evento.". Donnat agrega el caso de los museos por ejemplo, donde las exposiciones temporarias le ganan a las colecciones permanentes.

Programación de "proyecciones-eventos" alternativos

Es importante lograr que el cine deje de ser un lugar donde se proyectan únicamente películas. La idea es diversificar sus actividades, para aprovechar los horarios sin público y rentabilizar la inversión: el cine también puede utilizarse para organizar eventos, difundir un partido de futbol local o europeo en directo, un mundial deportivo o algún recital en alta definición, documentales para colegios, carreras de formula 1, 


En el mundo: el auge de los cines VIP


El salón VIP del cine Pathé en Francia ofrece sillones lujosos y espaciosos por una entrada a 14,20 euros. El cine Gaumont propone un abono de 144 euros por 6 proyecciones de óperas y ballet. Para ingresar al evento drive-in "Cinema Paradiso" que organizó el cine MK2 en el Grand Palais, había que pagar 39 euros. El Palais des Congrès ofreció una proyección de la película "El Señor de los Anillos" acompañada de una orquesta sinfónica que reemplazaba a la banda de sonido, que alcanzó los 130 euros. En Estados Unidos se encuentran circuitos alternativos como el cine Rerun en Nueva York, donde las butacas son asientos de automóvil, con un bar dentro de la sala. También están las salas sencillas Dinner + Cinema donde hay mesas para cenar mientras ves la película. Las salas 4D o Cine Chef en Corea del Sur, las salas Beanieplex en Malasia con sus cómodos sillones para parejas, el cine Lounge en Londres o las salas VIP de los Ster Kinekor en Sudáfrica.